أنت وأنا لم نصل إلى أي شيء؛ مجرد الشوق إلى المستحيل. كالنافذة التي تطل على الميدان في منتصف النهار، نحو السافانا النظيفة الخالية من الأشجار. EL POEMA Tu y yo nunca llegamos a nada, apenas añoranza de lo imposible. Como una ventana que diera hacia el campo en medio del día, hacia limpias sabanas sin árboles. Nunca llegamos a nada. Imaginar una puerta que al abrirse mostrara el desierto, una plaza para besarnos como adolescentes, una ciudad, Trujillo o Praga, por ejemplo, trenes, rutas de viaje, flores amarillas, silvestres, sin amarres, un libro, Justine, la del cuarteto, por ejemplo, una idea por la que morir, una canción ridícula, una fotografía de la infancia, o un cuento, Vientos Alisios, por ejemplo. Pero nada. Ni una carta de amor, ni un pequeño animal detrás de nuestros pasos, un gato lúcido de dos colores que mirara desde su indiferencia o peces dorados en un acuario artificial, un día de sol, una piedra sobre la que tendernos limpios e inocentes, un poema, la música, Mahler, por ejemplo, almendras, mangos, café, chocolates, agua pura bajando desde los labios como un beso, un perfume, el olor inconfundible y persistente en las manos después del amor, una película, Portero de Noche, por ejemplo, pero nunca llegamos a nada nunca tuvimos nada, crueles bonsais de granadas mínimas, una calle, una vereda, una fecha de cumpleaños, un patio, una calle, una mesa, una cama, un trago de cocuy para enfrentar tristezas, dulzón en medio de la lengua. Era mucho pedir y nunca llegamos a nada. Una habitación de hotel en las afueras un día a la semana, te veo, amor, el jueves, por ejemplo, pero tú y yo nunca llegamos a nada, dormimos juntos y no basta cuando apenas se añora lo imposible. Ana María Oviedo Palomares #33FIPMed #MigracionDeLaMuerteALaVida #1erCongresoWPM
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